Oh el destino el de Borges,
haver navegado por los diversos mares del mundo
o por el único e solitario mar de nombres diversos,
haber sido una parte de Edimburgo, de Zurich, de las dos
Córdobas
de Colombia e de Texas,
haber regressado, al cabo de cambiantes generaciones,
a las antiguas tierras de su estirpe,
a Andalucia, a Portugal y a aquellos condados
donde el sajón guerreó con el danés e mezclaron sus sangres,
haber envejecido en tantos espejos,
haber buscado en vano la mirada de mármol de las estatuas,
haber examinado litografías, enciclopedias, atlas,
haber visto las cosas que ven los hombres,
la muerte, el torpe amanecer, la llanura
y las delicadas estrellas,
y no haber visto nada o casí nada
haver navegado por los diversos mares del mundo
o por el único e solitario mar de nombres diversos,
haber sido una parte de Edimburgo, de Zurich, de las dos
Córdobas
de Colombia e de Texas,
haber regressado, al cabo de cambiantes generaciones,
a las antiguas tierras de su estirpe,
a Andalucia, a Portugal y a aquellos condados
donde el sajón guerreó con el danés e mezclaron sus sangres,
haber envejecido en tantos espejos,
haber buscado en vano la mirada de mármol de las estatuas,
haber examinado litografías, enciclopedias, atlas,
haber visto las cosas que ven los hombres,
la muerte, el torpe amanecer, la llanura
y las delicadas estrellas,
y no haber visto nada o casí nada
in Obra Poética, 2, Alianza Editorial, Buenos Aires, 1997.
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